« paul verlaine | No blasfemes, oh poeta | Mille et tre |
Balánida I Es un corazón pequeño, la punta al aire: símbolo orgulloso y dulce del corazón más tierno.
Lágrimas derrama corrosivas como brasas en prolongados adioses de flores blancas. II Glande, punto supremo del ser del amado. Con temor, con alegría reciba tu acometida mi trasero perforado
por tu macizo instrumento que se inflama victorioso de sus hechos y proezas y entre redondeces se hunde con sus ímpetus alevosos.
Nodrizo de mis entrañas, fuente segura donde mi boca se abreva, glande, mi golosina o bien sin falsos pudores, glande delicioso ven
|
revestido de cálido satín violeta que mi mano se enjaeza con un súbito penacho de ópalo y leche.
Es sólo para una paja apresurada que hoy te invoco. Pero, ¿qué pasa? ¿Tu ardor se impacienta? ¡Oh, flojo de mí!
A tu capricho, regla única respondo por la boca o por el culo, ambos listos y ensillados y a tu disposición maestro invicto.
Después, néctar y pócima de mi alma, ¡oh glande!, vuelve a tu prepucio, lento como un dios a su nube. Mi homenaje te acompaña fiel y galante.
|
clickear
para ver mejor
|